domingo, 17 de febrero de 2013

EL TEATRO ESPIRITUAL


 
EL TEATRO ESPIRITUAL
 
La espiritualidad es tan bella que muchas veces se la desea, como se hace con las virtudes, por el adorno que proporciona. Pero si a la espiritualidad le falta la expresión exterior de la virtud, que todos pueden ver y que tantos admiran, muchos se turban y desesperan, y está claro que con ello pierden la esencia de la misma espiritualidad. En realidad, es doloroso tener que decirlo, pero es así, los seres humanos no tenemos que sorprendernos de vernos desde el momento en que nacemos, sometidos al ego y llenos de deseos.
 
Normalmente en nuestra vida cotidiana no nos damos cuenta que la humanidad está enferma, pero por poco que reflexionemos veremos que cabe la posibilidad de vivir de una manera mucho más espiritual. Por desgracia, aunque nada es tan grande y tan noble como la espiritualidad, nada es tan ridículo y tan bajo, como la idea ignorante que se forman de ella muchos individuos, que desean que se les tome por espirituales. La persona espiritual es lazo de unión y de paz en las familias, es amistad eterna y lleva en su interior la luz que ilumina el camino de la vida. La persona que es espiritual ama a Dios y es por completo enemiga de la superficialidad y de la frivolidad.
 
Hay cosas que parecen y otras que son. Distinguir perfectamente la apariencia de la esencia, la imagen de la moral, no es tarea fácil, pero sí provechosa. ¿Es posible diferenciar la crítica honesta de la vituperación maliciosa, la indignación de la ira, el desdén de la envidia? A estas actitudes las distingue únicamente la textura del alma, porque la acción es siempre mecánica y responde a una fuerza soberana que la anima. Así lo que en un ser humano íntegro es sana indignación, en el mezquino puede ser cólera impotente. Todo se reduce a un juego de intenciones.
 
Hay quien ofrece un serio espectáculo pretendiendo ser lo que no es. Condenándose a la hipocresía y a la mentira, se enajena de sí mismo para entrar en un Universo ficticio, desconectado de su propia realidad y carente de toda consistencia. En el camino de la espiritualidad no es lícita la teatralidad ni la representación. Hay quienes se disfrazan y toman la máscara y las apariencias de la espiritualidad y del conocimiento, consiguiendo con este engaño pasar a los ojos del mundo por personas compasivas y santas. Pertenecen a algún grupo de trabajo espiritual, leen libros y citan sus autores, se inclinan a filosofías orientales, alababan creencias religiosas, se juntan con personas místicas y aseguran con certeza que son almas despiertas y atentas. De esta forma descuidan sus deberes fundamentales y levantan un edificio sin cimientos.
 
Pero no siempre hay hipocresía y malicia en estos amaños, pues frecuentemente nacen debido a la falta de inteligencia, a los desequilibrios emocionales y a un exceso de imaginación, todo ello mezclado con un deseo inmoderado de imitar a grandes “santos” o figuras espirituales. No ven estas personas que no es únicamente el hecho lo que verdaderamente importa, sino también el espíritu con que se realiza. No se dan cuenta que una de las virtudes más dignas es la humildad. Es lamentable que algunos pretendan trazarse un método de vida como si vivieran en determinadas comunidades “religiosas” e imiten en todo a personas muy particulares y con formas de vida muy concretas.
 
La hipocresía religiosa es una falta muy grave. Este teatro espiritual, aún en aquellos casos en que se manifiesta inconscientemente y más bien con apariencias de mal hábito contraído que con deliberado ánimo de engañar, es algo inapropiado. La hipocresía espiritual es todo lo contrario de la sencillez. La afectación, la beatería ñoña, la tendencia a escandalizarse por cualquier nadería, el disimulo, y todo lo que suponga un formulismo hueco en la práctica de la espiritualidad, es inapropiado. Frente a esta duplicidad toda la severidad e inflexibilidad es poca.
 
Nuestros pensamientos, sentimientos y actos deben ser siempre dignos de un espíritu noble y elevado. Ser una persona espiritual no consiste, ni mucho menos, en torcer el cuello, inclinar la cabeza y caminar afectadamente, sino que se fundamente en ser siempre conscientes y obrar de manera adecuada. Pocas cosas hay que hagan degenerar tanto la nobleza espiritual ni nada que haga tanto daño al camino de la Luz como el taimado disimulo. 
 
Las personas que se comportan con hipocresía se pierden en pensamientos maliciosos; para ellos la prudencia consiste en ocultar el propio corazón detrás de las maquinaciones y el pensamiento bajo el velo de las palabras engañosas. Esta es la prudencia que se enseña a los hombres y a las mujeres desde su juventud; se llama cortesía y educación a la perversidad del corazón, y se desprecia a aquellos que la ignoran. La persona espiritual es consciente, atenta y obra siempre de forma adecuada y justa. Pero el mundo deshonra esta sencillez del alma justa, y sus sabios llaman necedad a esta exquisita delicadeza de la virtud.
 
La hipocresía no puede aliarse con la espiritualidad. Muchos de los que se consideran espirituales poseen una prudencia extremadamente atenta y cuidadosa para las controversias, los honores, los rangos y para atesorar en definitiva, actúan movidos por deberes imaginarios, por un celo sofisticado y una cierta “espiritualidad” artificiosa. Bien lejos de ser sencillos, la mayor parte de las personas que se dicen espirituales no son sinceras, sino falsas y disimuladas con su prójimo, con ellas mismas y con Dios. El disimulo y la afectación, son vistos como una equivocación por todos los corazones nobles, porque tanto en el interior como en el exterior debe resplandecer en las personas la sinceridad.
 
La espiritualidad debe ser inocente y pura, porque el camino espiritual es recto, de ninguna manera es indefinido o torcido. Por esta falta de franqueza y de naturalidad, por este amaneramiento, muchos que se dicen espirituales inspiran desconfianza, aunque no estén desprovistos de cierta virtud. La inocencia, la franqueza, la rectitud y la lealtad inteligente, en nada se oponen a la prudencia, sin la cual la virtud misma se convierte en vicio y se hace ridícula.
 
La espiritualidad no debe estar construida con actos heroicos ni con trabajos de gran envergadura. No se tiene que confundir la más elevada espiritualidad ni con prácticas exteriores ni con ejercicios interiores. La espiritualidad se fundamenta en ser conscientes y en obrar de forma adecuada. Ella hace a todas las personas humildes y pequeñas en los brazos de Dios a la vez que grandes y magnánimas para realizar lo que se debe hacer. Sólo la espiritualidad otorga sencillez y humildad, aunque hayan individuos que se digan a sí mismos espirituales y estén llenos de afectación y de deseos de exhibición.
 
Saber tratar los caprichos, las acciones y las maneras descorteses del prójimo, la renuncia a nuestras oscuras inclinaciones, la tarea que realizamos para vencer nuestras aversiones, el conocimiento de nuestras imperfecciones, el trabajo constante para mantener nuestra alma en un estado constante de limpieza y el amor hacia nuestra propia equivocación son grandes y bellas virtudes si contemplamos la vida con consciencia y con amor, aunque el hinchado orgullo de la humanidad no lo crea así.
 
Devoción sí, pero fariseísmo no. La espiritualidad es un asunto de dentro y de fuera y no se debe olvidar la importancia que tienen los dos aspectos. Hacer de nuestros actos el objetivo de la vida o hacerlo de nuestra vida interior señala inmadurez espiritual y es un indicio de un excesivo amor propio. Muchos parecen espirituales por la forma exterior que presentan, parecen rebosar humildad y sabiduría, pero en realidad no viven espiritualmente. Cuando el camino espiritual se desequilibra porque se da más importancia a un aspecto que a otro, se convierte en una práctica equivocada y puramente humana que es preciso tratar de forma inteligente y firme.
 
Estas personas aparentemente espirituales ofenden más a Dios con el corazón, con su disposición interior, que con sus obras. Después de haber abandonado ciertas costumbres groseras adquieren otras maliciosamente refinadas con lo que sus diferentes egos se fortalecen en su interior. Empapados de conocimiento erudito aparecen por fuera como modelos de perfección espiritual. Pero suelen ser muy impresionables y muy celosos de su reputación espiritual, de modo que sus impurezas son más intensas que en otras personas que parecen menos espirituales. No es raro que la vanidad y el orgullo espiritual se escondan en el interior de quienes menos sospechamos y en la ceniza que queda de los antiguos egos. 
 
La grandeza se encuentra en ser conscientes y obrar adecuadamente en la humildad de la vida cotidiana. Pero las acciones que se realizan en ella deben tener como fin obrar en justicia, cumplir lo que se debe hacer, sin tener ningún otro motivo egoísta que acompañe a la acción. Si no se obra de una manera limpia la vida se reduce a un absurdo, la podríamos comparar entonces a árboles en flor que no llegan a dar fruto.
 
En su ignorancia, quienes son ambiciosos sufren en su ansia de perfección absoluta. Pero la perfección no es más que un sueño dorado que no es de esta vida. Debemos usar el discernimiento y comprender la sana filosofía que nos dice que en toda creencia hay siempre de más y de menos, y que no todas las prácticas espirituales convienen a todos. Entre los individuos simples que tienen anhelos de perfeccionamiento existe una glotonería espiritual que multiplica hasta el exceso las prácticas. Esta avidez les impide tener en cuenta que siempre existe una diferencia entre las personas evolucionadas y las que no lo están, y esto hace que no las seleccionen ecuánimemente.
 
Cuanto más se avanza por el camino espiritual menos fórmulas se necesitan, por eso las almas evolucionadas no se apoyan en reglas, normas ni doctrinas, sino que son por completo libres. Y esto parece ser difícil de comprender, sobre todo a quienes a duras penas pueden alcanzar un ápice de luz. La más elevada práctica espiritual consiste en ser conscientes y en obrar de forma justa y adecuada en todo. Pero el ser humano normalmente necesita de otras prácticas menos perfectas con el fin de prepararse.
 
Aquí es muy necesaria la virtud de la templanza y de la moderación si se quieren evitar los desvaríos, pues puede haber mucha vanidad y vana complacencia en el culto que se tributa a los ejercicios prácticos, a las imágenes y a los objetos. La persona que es verdaderamente espiritual no coloca su devoción, su fe ni su fervor en las cosas visibles ni en las prácticas y no necesita ningún objeto o imagen. Pero hay quienes parecen niños que tienen necesidad de juguetes.
 
Es un espectáculo bellísimo ver a una persona espiritualmente desarrollada. La conversación y el trato con ella no cansa nunca, al contrario, produce gozo y alegría. Dueña de su espíritu y de su voluntad, se mueve en una atmósfera de serenidad contra la que nada puede hacer las necesidades físicas. Su consciencia se baña por completo en un océano de luz divina, su voluntad está definitivamente orientada hacia la bondad absoluta, su corazón se mueve por un solo amor y todo su ser se goza en Dios, en una paz tan completa que ya no puede vivirse nada mejor. Cuando se ha gustado una vez este bienestar interior todo otro placer se ensombrece, se vuelve pequeño y de ningún valor.
 
Pero por sublime que sea la imagen que presenta una persona espiritual esparciendo a su alrededor la felicidad interior que le inunda, es más hermoso verla luchando a brazo partido contra la adversidad que le asedia por todas partes. La vida de estas personas también está llena de trabajos, de dificultades y de tentaciones. Son muchas veces rechazadas, condenadas, juzgadas, puestas a un lado, miradas con extrañeza y temor porque no son comprendidas por la mayoría. Las contradicciones, las tristezas y las responsabilidades, también decoran la vida de estas sublimes personas, solo el consuelo de la sabiduría les da aliento y dulzura, llevando la luz en el caminar de la vida…
 
 

 

jueves, 14 de febrero de 2013

CARTA ABIERTA A EL SER UNO: LA ERA DEL KALI YUGA


 
 
 
LA ERA DEL KALI YUGA
 
CARTA ABIERTA A EL SER UNO… Hola Ser Uno, tengo una duda, ya he leído los cinco libros y los estoy releyendo, pero hay algo que no me ha quedado claro y es que no entiendo porque después de ésta Era de Acuario donde va a ver un Despertar de Consciencia le sigue el Kali Yuga. ¿Cómo recaeremos en la oscuridad? ... Mucha luz para ustedes… Lupe.
 
RESPUESTA: Estimada Lupe... EL SER UNO nos dice en sus libros: "Habrán tres salidas de este planeta: La primera salida será en los próximos 200 años y saldrá el 20% de almas. La segunda salida en el año 2.700, saldrá el 40% de almas y la tercera se producirá al final del Alineamiento Cósmico, donde saldrá el 30% de almas. Al final del proceso se perderá el 10% de almas, serán recicladas y mandadas a nuevas creaciones"... Hoy en día nos encontramos en “EL DESPERTAR DE LA CONSCIENCIA” llamada también LA ERA DE ACUARIO. En los próximos 200 años el Despertar de la Consciencia elevará a los primeros 20% de almas, las cuales estarán aptas para entrar a la Ciudad Interna, donde serán recibidas por los Hermanos Mayores-Interanos y preparadas para que continúen el sendero de evolución y elevación. 
 
Estudiemos entonces lo que esto significa. Somos en la actualidad 7.000 millones de habitantes en el planeta, si decimos que elevarán solo el 20%, de almas en los próximos 200 años, representan 1.400 millones de almas, quedarán sin elevar 5.600 millones de habitantes. Estos habitantes que no trascenderán, es porque sus almas no llegaron a la frecuencia requerida, que se necesita para la entrada a la Ciudad Interna. 
 
En el año 2.350 la población de la Tierra comenzará a disminuir, se deberá por muchos motivos, la fuerza-negativa-enferma (reptiliana) al ver que la población es cada vez menor y al darse cuenta que una buena cantidad de almas han trascendido, o que muchas almas encarnadas se están liberando, entonces redoblará el control, manipulación y esclavitud, tanto, que hasta utilizarán armas, máquinas y proyectos controladores (Haarp, Blue Beam etc.) Esta fuerza hará todo lo posible para que los humanos no trasciendan y dejen este grado, porque necesitan su mano de obra, para el trabajo esclavo en masa.
 
La fuerza Reptiliana, la cual se encuentra enquistada en los gobiernos, religiones, instituciones, organizaciones y más, poseen el conocimiento ancestral y los misterios del conocimiento de la energía; siempre lo tuvieron y siempre nos lo ocultaron, lo usaron siempre a su propio beneficio con el único propósito de hacernos esclavos del sistema. 
 
Al volver, la fuerza negativa-enferma, ocasionará y activará: El Kali Yuga. Esta etapa nos dice: “¡Oh Sabio! En esta férrea Era de Kali, los hombres tienen vida corta. Ellos son peleadores, perezosos, desorientados, desafortunados y por encima de todo, siempre perturbados”. En la era de Hierro, las máquinas y armas de hierro toman principal importancia, recibiendo más respeto que la misma vida del hombre. Constantes enfrentamientos bélicos y la adoración a la electrónica e industrialización son síntomas inminentes. En el futuro, estos desastres aumentarán más y más; sin embargo, esta violencia no podrá destruir el mundo, estas guerras no podrán cambiar el destino de la creación, sólo servirán para arreglar las cuentas del mismo hombre ciego, sordo y mudo ante la naturaleza de su existencia interior.
 
Después de muchos sufrimientos, el hombre levantará su mirada al universo y entenderá que su estado espiritual es lo más valioso, comprenderá que es la riqueza invaluable de su existencia. El hombre entenderá, despertará y comenzará a recuperar y estimar los inmensos goces naturales y sencillos que cada día la naturaleza le ofrece. Cuando el hombre se libere de la Era Kali Yuga (Año 2.700) y llegue a liberar su existencia espiritual, abrirá su mente y elevará sus pensamientos al universo. 
 
Es aquí que entrará a regir la ERA DORADA de LUZ y AMOR, durará hasta el final del Alineamiento Cósmico. En este período el 70% restantes de las almas trascenderán, solo un 10% de las almas, no lograrán la elevación, por lo tanto, serán absorbidas y mandadas a nuevas creaciones. El universo nunca abandona o rechaza, siempre da a sus energías-pensamientos muchas oportunidades para elevar y ser conscientes. Conforme vayan desencarnando, irán a la Ciudad Interna para ser enseñadas, preparadas y enrumbadas por los Hermanos Mayores-Interanos, hacia la Ciudad Interna de Venus.
 
Todos aquellos que hoy en día están despertando, están dentro de los primeros 20%. Debemos mantenernos despiertos, alertas y conscientes de nuestro despertar, trabajar arduamente nuestra alma y tener la creencia que nuestro esfuerzo, voluntad, constancia, conocimiento, entendimiento y amor, redundarán en la concepción y gestación de nuestro cuerpo espiritual. Como vemos,  el universo no abandona a nadie. Tengamos la creencia que todas las almas de este planeta elevarán y trascenderán en la existencia cósmica, no será en el mismo momento ni tiempo, pero si con la misma LUZ y AMOR... Camino del Ser.
 
 

lunes, 4 de febrero de 2013

EL PRANA Y SU RELACIÓN CON LOS CHACRAS

 
EL PRANA Y SU RELACIÓN CON LOS CHACRAS
 
La energía vital se llama Prana y significa el alimento primordial, el más esencial para el ser humano. Prana es la vitalidad que anima al cuerpo humano y le da movimiento y vida a todos los procesos mentales y fisiológicos. Prana es la suma total de toda la energía que se manifiesta en el universo y representa a todas las fuerzas de la naturaleza. Da calor, luz, electricidad, magnetismo, gravedad, etc. Estas son todas las manifestaciones de Prana. Cuando el Prana sale del cuerpo, todos los órganos dejan de funcionar, en el cuerpo no hay fuerza mayor que la energía vital. Sin esta energía vital de estos elementos la vida no puede existir.
 
De acuerdo con los antiguos Hindúes, los siete chacras que se encuentran a lo largo de la columna vertebral son los planetas interiores que giran, los centros de energía o antenas cósmicas, que nos conectan con el universo. Son colectores de los rayos solares y cósmicos, resonadores del campo magnético y transformadores eléctricos.
 
Chacra es una palabra sanscrita que significa “rueda o disco”, porque esta es una de las formas en que estos centros de energía fueron percibidos por los antiguos Rishis y videntes (son como discos giratorios). Hay quien describe a los chacras como una Flor de Loto, ya que se representan como dicha flor. Una metáfora para describir lo que sucede cuando un chacra se activa es la apertura de los pétalos de loto.
 
Los siete chacras transforman la energía del Prana del universo y lo llevan hasta el cuerpo donde se convierte para nuestro uso personal. A través de las vías de energía o tubos internos, llamados Nadis, la energía se diversifica a todos los órganos y tejidos. Hay 72.000 Nadis en todo el cuerpo y cientos de chacras. Pero los Nadis más grandes e importantes son 10 y los chacras principales son 7. Cuando los chacras giran se inician todos los fenómenos fisiológicos y psicológicos conocidos como la vida humana.
 
Los chacras ayudan a regular el flujo de energía vital en diferentes órganos del cuerpo y cada uno está asociado con un sistema fisiológico particular. Por ejemplo, el chacra del corazón está relacionado con el corazón y sistema circulatorio. Cuando el Prana fluye a través de nuestros canales con una energía desinhibida obtendremos vitalidad y buena salud. Sin embargo si la energía se bloquea, se produce la enfermedad.  Cada chacra tiene una variedad de características y atributos individuales. Así mismo cada chacra regula una glándula en concreto…