martes, 23 de agosto de 2011

LA FELICIDAD





LA FELICIDAD

¿De qué sirve cuando estamos sufriendo preguntar ¿Qué es la felicidad? ¿Podemos comprender el sufrimiento? Somos felices cuando no estamos sufriendo, debemos, pues comprender, qué es el sufrimiento. Pero, ¿Podemos comprender qué es el sufrimiento cuando una parte de nuestra mente está escapando en la búsqueda de la felicidad, de una salida para la desdicha?

¿Qué es lo que buscamos la mayoría de nosotros? ¿Qué es lo que deseamos? Especialmente en este mundo inquieto, donde todos tratan de encontrar alguna clase de paz, de felicidad, un refugio. Es importante, sin duda, averiguar qué es lo que intentamos buscar, qué es lo que intentamos descubrir. ¿No es así? Probablemente, la mayoría de nosotros busca una cierta clase de felicidad, cierta clase de paz, un lugar quizás especial y mágico. En un mundo dominado por la confusión, las guerras, las disputas, las luchas, anhelamos un refugio donde pueda haber algo de paz. Creo que eso es lo que desea la mayoría de nosotros. Y así proseguimos la vida, colgando de un hilo nuestra efímera y frágil felicidad.

Ahora bien, lo que buscamos, ¿Es la felicidad, o buscamos alguna clase de satisfacción, comodidad o conformismo? Hay una diferencia entre felicidad y satisfacción. ¿Puede uno buscar la felicidad? Quizá pueda encontrar la satisfacción, pero es obvio que no podrá encontrar la felicidad. Por lo tanto, antes de entregar nuestras mentes y nuestros corazones a algo que exige una gran dosis de seriedad, atención, reflexión, cuidado, debemos descubrir, ¿No es así? ¿Qué es lo que buscamos, si es felicidad o satisfacción y conformismo?.

Muy pocos de nosotros disfrutamos plenamente de algo. Es muy pequeño el júbilo que nos despierta la visión de una puesta de sol, o ver una persona atractiva, o a un pájaro en el vuelo, o un árbol hermoso, o una bella danza. No disfrutamos verdaderamente de nada. Requiere una mente extraordinariamente alerta, que pueda ver ese "yo" que acumula más y más para sí mismo. Un "yo" así, un ser así, jamás podrá comprender este estado de felicidad en el que no existe "uno" que es feliz. Debemos comprender esto tan extraordinario, de lo contrario, la vida se vuelve muy trivial, superficial y mezquina: nacer, aprender unas cuantas cosas, sufrir, engendrar hijos, asumir responsabilidades, ganar dinero, tener un poco de entretenimiento intelectual y después morirse.

¿Podemos buscar, perseguir la felicidad? ¿Es felicidad ser conscientes de que somos felices? En el instante mismo en que somos conscientes de nuestra felicidad dejamos de ser felices, eso ya no es felicidad. La felicidad, de la misma forma que el amor, no son cosas que podamos perseguir, llegan. Pero si las buscamos, nos evadirán.

La mente y el pensamiento jamás pueden encontrar la felicidad. La felicidad no es, como lo es la sensación, una cosa que pueda perseguirse y encontrarse. La sensación podemos encontrarla una y otra vez, porque siempre la perdemos, pero la felicidad no puede ser encontrada. La felicidad que podamos recordar es tan sólo una sensación, una reacción a favor o en contra del presente. Lo que se ha terminado no es la felicidad, la experiencia de felicidad que se ha acabado es sensación, porque el recuerdo es pasado y el pasado es memoria y sensación. La felicidad no es sensación. Podemos recordarla pero no revivirla. La mente, con sus recuerdos y experiencias no puede ser feliz, el reconocimiento mismo impide el vivir el momento presente con toda la plenitud que necesita el ser feliz.

¿Podemos hallar la felicidad por medio de cosas? ¿Qué entendemos por felicidad? Algunos dirán que la felicidad consiste en obtener todo lo que deseamos. Uno desea un coche, lo obtiene y es feliz. Deseamos cosas, el logro, el éxito, llegar a ser virtuosos y si lo conseguimos somos felices y si no las conseguimos somos desdichados. Así, lo que muchos llaman felicidad es obtener lo que desean.

Buscamos la felicidad por medio de cosas, de pensamientos e ideas, a través de la relación. Por lo tanto, se vuelven sumamente importantes las cosas, la relación y las ideas, no la felicidad. Cuando buscamos la felicidad por medio de algo, ese algo adquiere un valor mayor que la felicidad misma. Buscamos la felicidad en la familia, en la propiedad, en el nombre, entonces, la propiedad, la familia, el nombre, adquieren una extrema importancia, ya que la felicidad es buscada a través de un medio; de esa manera, el medio destruye al fin.

¿Cómo puede llegar a nosotros la felicidad? Es el "yo", es el "ego", el que desea y quiere obtener las cosas. Es el "yo" el que disfruta, el que desea más felicidad, el que escudriña, el que busca, el que anhela más felicidad, el que lucha, el que se vuelve cada vez más refinado, el que jamás quiere llegar a su fin. Sólo cuando el "yo", en todas sus sutiles formas, llega a su fin, hay un estado de bienaventuranza que no es posible tratar de adquirir, un éxtasis, un verdadero júbilo libre de todo sufrimiento, de toda corrupción.

Nuestro "yo" sólo es un recuerdo, un conjunto de pensamientos sin realidad objetiva. Cuando la mente trasciende el pensamiento del "yo", del experimentador, del observador, del pensador, puede haber entonces una felicidad incorruptible. Esta felicidad no puede ser permanente, en el sentido con que usamos esa palabra, pues está más allá al tiempo y al espacio. Pero nuestra mente está siempre buscando una felicidad que tenga permanencia, algo que perdure, que continúe. Y ocurre que el deseo mismo de continuidad es corrupción.

Si podemos comprender el proceso de la vida y explorar el río del conocimiento propio, comprenderlos sin condenar, sin decir que es bueno o es malo, entonces surge una felicidad creadora que no es "tuya" ni "mía". Esa felicidad creadora es como la Luz del Sol. Si deseamos conservar la Luz del Sol para nosotros mismos, ese ya no será más el claro y cálido Sol dador de vida. De igual manera, si deseamos la felicidad porque estamos sufriendo, porque hemos perdido a alguien o porque no hemos tenido éxito, entonces eso es tan sólo una reacción. Pero cuando la mente puede ir más allá, encontramos que existe una felicidad que no pertenece a la mente, y que es el verdadero gozo, el auténtico júbilo.





martes, 16 de agosto de 2011

MACHU PICCHU - Centro Magnético de la Tierra



Machu Picchu Centro Magnético de la Tierra.



Machu Picchu y el Cuzco se han convertido en los Centros Espirituales del Mundo. La designación de Machu Picchu como una de las 7 maravillas del mundo, tiene una explicación. Y es que el Machu Picchu es el Centro Magnético de la Tierra, hacia donde se han dirigido radiaciones espirituales que por dos mil años estuvieron en el Tíbet y que ahora, en la nueva Era de Acuario que estamos viviendo, se han trasladado al Perú. Este "traslado" ocurrió en el tiempo y dentro de dos mil años la traslación de la Energía Magnética de la Tierra será hacia Australia.

Esto es algo que lo saben los esotéricos y por eso cada vez más gente va a llegar a Machu Picchu a recibir las Energías del "Chorro" Espiritual del Mundo y quienes la visitan quedan deslumbrados con su belleza natural y la maravilla de las construcciones de piedra que han soportado el paso de cientos de años y se mantienen incólumes.

Un prestigioso profesor brasileño estudió durante diez años la energía solar y el empleo que de este fenómeno natural hicieron los constructores de Machu Picchu. Reinaldo E. Chefi, apoyado por sofisticadas computadoras, tiene una documentación valiosa sobre Machu Picchu sosteniendo que hay en esta ciudadela conceptos de arquitectura y radiación solar ocultos desde hace mucho y poseían avanzadísimos conceptos solares que actualmente son casi imposibles de ser desarrollados.

Señala que sus avanzados estudios sobre la energía y la radiación solar le han permitido construir de edificios, en los cuales el consumo de energía ha sido impresionantemente disminuido por medio del uso de la energía provista por el sol. El estudioso brasileño sostiene que tuvo ocasión de estudiar las ruinas de Machu Picchu y verificó que sus constructores habían hecho algo avanzado con relación al uso de la energía solar en sus construcciones.

Indica que el fuerte aumento de la energía está forzando a Estados Unidos y a naciones europeas a desarrollar conceptos de planeamiento de ciudades solares, disminuyendo la energía solar, con la idea en hacer en el futuro ciudades autosuficientes en el consumo de energía. Encontramos, nos dice, que civilizaciones antiguas que nada sabían de la tecnología moderna hicieron ciudades autosuficientes de energía. Y tenían un profundo conocimiento de la utilización de los rayos solares y de la naturaleza.

Por ello, tenemos que mirar para atrás y analizar las construcciones antiguas que desarrollaron un concepto de planeamiento de ciudades solares, como ocurrió con Machu Picchu que consiguió la fórmula para retener la energía solar y que la convirtió en un lugar especial para cuando la visitamos, "cargarnos" de energías solares y espirituales que son beneficiosas para nuestro cuerpo y Espíritu.