PETRÓLEO EN LA PROFUNDIDAD DE LA TIERRA
Investigaciones
que combinan datos geológicos con informes astronómicos dan pie para pensar que
el petróleo no tiene un origen biológico o fósil y que es probable encontrarlo
en las grandes profundidades de la tierra. Para todos es un dogma que el
petróleo y el gas natural (que principalmente está constituido por metano)
derivan de la degradación y transformación de compuestos biológicos. Según
esto, la acumulación por miles de millones de años de restos de plantas y
animales llegó a producir los hidrocarburos, producto de la degradación de esos
fósiles. Desde que se formuló esta teoría, hace más de 100 años, a nadie se le
ha ocurrido dudar de ella.
Es
por esto que el petróleo se ha buscado sólo en la cresta superficial que cubre
la Tierra. Según los físicos, la Tierra en un comienzo era una bola fundida y
en la medida que se enfrió y comenzó la biología, se fue formando la cresta
superficial que actualmente la envuelve. Según ello, no habría ninguna
posibilidad de que los hidrocarburos existiesen en el interior de la Tierra.
Sin
embargo, como siempre, ahora aparecen voces disidentes de este dogma y piensan
que el petróleo puede no ser de origen biológico. Ello parece raro, porque son
muchos los argumentos para pensar que sí lo es. Desde luego el petróleo está
formado por moléculas complejas, que necesariamente tienen que haber sido
sintetizadas por procesos biológicos (fósiles químicos). Más aún, algunas
fracciones del petróleo muestran "actividad óptica", es decir, son
capaces de rotar el plano de polarización de la luz polarizada. Para que esto
ocurra, sus moléculas tridimensionales tienen que contener, en desigual
proporción fracciones levógiras o dextrógiras (si están en igual proporción,
estas fracciones del petróleo no tendrían actividad óptica). Es la actividad
biológica la que produce estas asimetrías, en tanto los productos químicos no
biológicos son siempre simétricos.
Sin
embargo, hay cosas que no tienen explicación: La distribución geográfica del
petróleo y sus depósitos encontrados es de tal magnitud, que difícilmente se
puede concluir que derive sólo de sedimentos biológicos. La posibilidad de que
los hidrocarburos no provengan de degradación biológica ha comenzado a
fortalecerse cuando los astrónomos descubrieron que esas moléculas son un
constituyente común de los planetas del sistema solar. Júpiter, Saturno, Urano
y Neptuno contienen en sus atmósferas enormes cantidades de metano. Titán, un
satélite de Saturno, posee una atmósfera constituida por densas nubes de metano
y etano. Los cometas y asteroides poseen en su estructura varios tipos de
hidrocarburos. Ya los geólogos han abandonado la idea de que la Tierra se formó
de una bola de roca líquida. Ahora sabemos que se estructuró de sólidos y que
excreciones fundidas provenientes de la capa sólida formaron posteriormente su
superficie. Según esto, no podemos descartar la posibilidad de que líquidos
volátiles pudieran haberse concentrado en esta capa sólida y acumulada
posteriormente en la superficie.
Seguramente
el agua de los océanos y el nitrógeno de la atmósfera, como también otras
sustancias volátiles, se originaron del mismo modo. El carbono es un elemento
abundante en la superficie de la Tierra y también en los sedimentos (en formas
oxidadas forman rocas carbonatadas y en forma no oxidada, forman el carbón y
otros compuestos). Necesariamente el carbón debe haber llegado a la cresta de
la Tierra proveniente de las capas profundas y es probable que lo lograra como
dióxido de carbono y metano. En todo caso, en una atmósfera altamente oxidante,
también puede haberse formado el anhídrido carbónico.
Los
meteoritos constituyen muestras que nos llegan a la Tierra y que representan
cuerpos planetarios semejantes a la etapa de formación de la Tierra. Por eso el
estudio de su composición proporciona valiosos antecedentes. Entre los
diferentes tipos de meteoritos hay una clase que interesa, los que contienen
condritos carbonosos, responsables de la mayor parte del transporte de carbón a
la Tierra. Al ser sometidos a fuertes temperaturas y presiones producen
hidrocarburos líquidos, especialmente metano y una menor cantidad de anhídrido
carbónico. Es probable que este carbón que fue adquiriendo la Tierra por este
mecanismo, contribuya a explicar la gran cantidad de compuestos hidrocarbonados
que son difíciles de entender sólo como provenientes de la degradación
biológica.
Muchas
veces las erupciones arrojan diamantes provenientes de las grandes
profundidades de la Tierra. Los diamantes son en realidad una forma pura de
carbón, que han necesitado una gran presión para poder formarse, la que se da
sólo a una profundidad de por lo menos 150 kilómetros. Esto demuestra que
existe allí carbón no oxidado en gran concentración. Se puede suponer que
también existan otras formas de carbón no oxidado, como metano. De hecho, en
los poros de los diamantes se ha detectado metano. Por mucho tiempo los
geoquímicos pensaron que las elevadas temperaturas de las profundidades de la
Tierra, disociarían el metano y otros hidrocarburos. Observaciones recientes
contradicen estas suposiciones, ya que los cálculos de termodinámica moderna
reconocen el efecto estabilizante de las enormes presiones que, además, existen
allí.
Algunas
de las características biológicas del petróleo, que hemos descrito (actividad
óptica), se podrían explicar por una contaminación posterior de moléculas
fósiles. Este proceso podría estar dado por bacterias que se sabe se alimentan
de petróleo. De hecho, se han detectado en el petróleo algunos compuestos
moleculares, llamados "hopanoides", que normalmente forman parte de
las membranas bacterianas. Por estas razones, Robert Robinson, premio Nobel de
Química 1947 y Presidente de la Royal Society, afirma: "actualmente no se
puede ser enfático al afirmar que el petróleo derive de procesos biológicos.
Iguales y valederos argumentos permiten afirmar también, que habría una mezcla
de hidrocarburos primarios, los cuales se han contaminado posteriormente con
productos biológicos".
Tal
vez el mayor obstáculo para aceptar la teoría biológica lo constituya la
asociación del petróleo con helio. Las partes de la Tierra que son ricas en
petróleo y metano lo son también en helio. Sería muy difícil explicarse esta
asociación si es que el petróleo tuviese un origen biológico. En ningún residuo
biológico se encuentra helio, que es un gas inerte. En cambio es mucho más
fácil explicar que el helio tenga el mismo origen que el metano y que derive de
las profundidades de la Tierra y del universo...
En 1997 se estrenó la Película "Fantasmas" (Actor: Ben Affleck) que narra como del interior de la tierra sale una entidad maligna y que esta compuesta, principalmente, por moléculas de petróleo...
ResponderEliminarSería conveniente apuntar que este artículo fue publicado hace 27 años en la revista Creces en 1986 y está basado en la siguiente publicación que podréis encontrar en inglés, en google books.
ResponderEliminarGold, Tom: Oil from the Centre of the Earth. New Scientist, `1514, junio 1986, p. 42.
Por favor, tomen con pinzas frases como: "Sin embargo, como siempre, ahora aparecen voces disidentes de este dogma y piensan que el petróleo puede no ser de origen biológico." y si les interesa este tema, busquen referencias más modernas.